Frida Kahlo 1907 - 1954 en Coyocán, México
Frida Kahlo ha logrado crear un lenguaje visual universalmente comprensible que combina estilo ingenuo, realismo y surrealismo.
El trabajo de este artista mexicano de renombre internacional, nacido en 1907, incluye más de 200 pinturas, en su mayoría autorretratos de pequeño formato. Estos, así como sus naturalezas muertas y los retratos de animales, revelan una notable fuerza expresiva y una atención escrupulosa a los detalles. Muy a menudo, sus obras son un testimonio angustioso de su sufrimiento físico y mental y revelan una desconcertante inmediatez que las hace inolvidables.
Cuando era niña, Frida Kahlo se vio obligada a permanecer en cama durante nueve meses a causa de la poliomielitis, que le causó una grave malformación en un pie, mientras que a la edad de 18 años tuvo un accidente automovilístico. El autobús en el que viajaba chocó con un tranvía y Frida Kahlo fue perforada por un poste de metal, fracturándose la columna vertebral, la pelvis y las piernas. La hospitalizaron durante un mes y luego la obligaron a usar un busto de yeso durante otros nueve meses. Durante el tiempo que pasaron en el hospital, Frida Kahlo comenzó a dibujar y pintar, primero el accidente, luego ella misma. Su primer autorretrato, que data de 1926, la retrata en una pose erótica. Siguieron muchos otros, sobre los cuales dirá que se pintó a sí mismo porque, al pasar mucho tiempo solo, fue el tema que mejor conocía.
Su vida era una lucha constante contra la muerte, un destino cruel frente al cual nunca renunciaba, pero que era una prueba difícil para ella.
Aunque Frida Kahlo estaba en contacto con los surrealistas parisinos (en particular, Andrè Breton) y aunque muchos críticos la consideraban una surrealista, dijo que "no sabía que era surrealista hasta que André Breton vino a México y me dijo". Sin embargo, nunca aceptó esta definición "Nunca pinté sueños, lo que retraté fue mi realidad". Sus pinturas son imágenes interiores de la realidad externa. Incluso si su arte se basa en elementos de su biografía, el espectador puede comprender e interpretar los temas, las formas, los modelos y los símbolos. La franqueza irreductible y la inmediatez con la que enfrenta su destino en obras que pueden hacer tangibles sus ansiedades conmueve al espectador. Y, aunque la diferencia de la que habla es personal, sus imágenes siempre están vinculadas a motivos más amplios y universales. (Ulrike Lehmann)
